domingo, 19 de agosto de 2007

Antiguedad fantástica

300
Dirección: Zack Snyder
Basada en la novela gráfica de Frank Miller
País: Estados Unidos
Año: 2006
Género: Acción



¿Cómo se conoce hoy la historia de la Batalla de las Termópilas?


Estos hechos se conocen por los relatos escritos del considerado padre de la historiografía: Heródoto. Los nueve libros de historia de Heródoto fueron una fuente importantísima para los historiadores, ya que es la primera descripción del mundo antiguo a gran escala.

El primer párrafo de esta obra anuncia: “Heródoto de Halicarnaso presenta aquí las resultas de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones de los hombres y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que puso a estos dos pueblos en la lid”.

En su obra, Heródoto narra aspectos curiosos de los pueblos y los hombres. También describe aspectos de la historia, la geografía y la etnografía de sus tiempos. Para esto recurrió a fuentes orales y escritas, tanto de la literatura como de su propia experiencia. Es así que cita a Homero, Esquilo y Anacreonte, entre otros. Cuando menciona las fuentes orales, expresa: “según los griegos” o “a decir de los persas”, etc.

Él mismo era consciente del carácter parcial y poco fiable de sus fuentes, fue así que escribió:
“Si yo me veo en el deber de referir lo que se cuenta, no me veo obligado a creérmelo todo a rajatabla; y que esta afirmación se aplique a la totalidad de mi obra” (VII, 151, 3).

Frank Millar, el autor de la novela gráfica 300, tomó como referencia los relatos de Heródoto y la película El león de Esparta, entre otras fuentes.



El ejército espartano y el ejército persa



Tal como aparece en esta película, la educación espartana se llamó agogé. Esta educación de los hombres que constituirían el ejército fue uno de los rasgos más característicos y definitorios de la sociedad espartana.

La agogé era obligatoria. Constituyó un requisito indispensable para la plena ciudadanía. Para Jenofonte, aquellos que no pasaban por la agogé eran ciudadanos de categoría inferior que no podían acceder a las magistraturas ni a los cuerpos de elite.

Los ciudadanos se preparaban para la vida militar desde los siete años. A partir de esta edad se los separaba de sus familias y comenzaban a vivir en barracones con compañeros de su misma edad. Eran sometidos a un entrenamiento que buscaba convertirlos en guerreros perfectos, preocupados sólo por el bien del Estado.

La agogé se empezó a desarrollar a partir del siglo VI a.C. y la organizó el Estado. Fue el Gobierno quien gestionó la educación pública como una de las principales misiones. Este sistema fue elogiado por Platón.

Si el ejército espartano se basó en la perfección y el profesionalismo, el ejército persa fue todo lo contrario. El principal punto débil del imperio persa fue su organización militar.

A pesar de contar con un ejército y una flota incomparable en número, su organización y logística dejaban mucho que desear. El ejército estaba compuesto por un núcleo de elite, que era la guardia personal del emperador (también llamados los inmortales). Luego se sumaban soldados de todos los pueblos dominados. Era un ejército muy heterogéneo, que carecía de unidad y tácticas para combatir.

De esta manera, un pequeño número de espartanos (como sucedió en la batalla de las Termópilas) podía mantener a raya a un contingente persa varias veces superior en número.

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