sábado, 8 de septiembre de 2007

El vampiro mas famoso



Comparación entre la versión de Tod Browning (1931) y la de Francis Ford Coppola (1992) basadas en la novela de Bram Stoker.


El perfil del vampiro

Bela Lugosi, el actor que interpreta a Drácula en la versión del 31, tiene un aspecto enigmático y cuenta historias también enigmáticas para llamar la atención de las mujeres. No es tan sensual como Gary Oldman, el Drácula de Coppola, que sólo llama la atención de las mujeres con insinuaciones más sexuales que sensuales.

La interpretación del conde seguía la misma línea que en la obra teatral que participó por tres años Bela Lugosi en Broadway: un vampiro elegante que no enseñaba los colmillos (pues Lugosi desechó la idea de utilizarlos). Su poder era hipnótico, concentrado y corporal. Usaba una capa negra a en su espalada para ocultar a su víctima. Vaga por las brumosas calles como un alma distante, casi inmaterial, con una idea fija en la mente: nuevas víctimas y sangre, porque "la sangre es vida".

En la versión de Coppola, el Conde Drácula tiene un perfil más monstruoso, pero aparece como un enamorado, que todo lo que hace, lo hace por amor. Muestra sus colmillos y no sólo aparece como un vampiro, sino también como lobo, viento, y otros animales. Es elegante, pero no tan formal como Bela Lugosi en 1931.

Cómo es el perfil femenino

En la versión de Lugosi el perfil femenino aparece como algo más secundario. Drácula se interesa por Mina en cuanto la ve, pero no es algo tan pensado y premeditado como en la versión de Coppola. No hay amor. Aparece la mujer como mero instrumento para que Drácula satisfaga su sed de sangre.

En cambio, en la versión de Coppola aparece la mujer como personaje desencadenante de toda la historia que se desarrollará. El amor por esa mujer le hará hacer a Drácula las terribles cosas que hace.

Por otro lado, en cuanto a sensualidad, no cabe duda que, por más que en la versión primera hay algo de sensualidad para la época, en el caso de Coppola, ya pasa de la sensualidad a la sexualidad. Es explícita.

La sangre

En la versión del 31 directamente no aparece sangre casi. En la de Coppola hay sangre en todo momento. Hasta se vomita sangre, algo parecido al Exorcista. Esta versión, hablando de exorcismos, tiene más aspectos religiosos que la primera. Hay todo un argumento sólido por detrás que no escapa a lo religioso, por más que esto se vea, en menor medida, en la versión de Lugosi.

También está el problema del sida. En tiempos de la versión del Drácula de Coppola la enfermedad del sida estaba en pleno furor. Una enfermedad que, como con los vampiros, se contagia por medio de la sangre. Además el sida, que se transmite por el acto sexual, podría ser la causa de que la película sea tan sexual.